martes, 26 de abril de 2011

Generación de Dioses y camisetas





En un principio estaba Dios (no hay imágenes).

Luego llegó el Ser Superior y salvó de la quiebra económica al Real Madrid (y la antigua Ciudad Deportiva se transformó en 4 torres como 4 soles).

Más tarde, surgió el nuevo Jesucristo (sin barbas), CR7, pero en lugar de multiplicar los panes y los peces, multiplicó camisetas (y solo por 70 leuros cada una) por su cara bonita.

Y finalmente, vino a nosotros DiosMou, y nos enseñó como hacer amigos, como los árbitros, Manolo Preciado, Guardiola…

Así que hay que dar gracias:

-Al Ser Superior, por fichar grandes jugadores, financiados con préstamos que muchos otros empresarios no pueden conseguir (que don de la palabra tiene que tener para conseguirlo; como Valdano, más o menos).

-A CR7, por marcar un gol (con el Real Madrid) en partido oficial al Barcelona, (lo llevábamos esperando… un tiempecillo).

-A DiosMou, por darnos la Copa del Rey después de 18 años (el presupuesto de 500 millones de euros para este año no permitía más alegrías, como la Liga -falta la Champions por disputar).

jueves, 14 de abril de 2011

DEMOCRACIA, DEMOCRACIA!!!

Este artículo está extraído de República y es de Pablo Sebastián, su director. Como me ha puesto las pilas cuando lo he leído. Gracias.

"Los etarras entran y salen de la cárcel “como Pedro por su casa”, en el parlamento catalán hablan de la independencia de Cataluña, los imputados de corrupción se cuelan en las listas electorales de mayo –pronto los batasunos también-, crece la crisis económica y el paro, calla la oposición y el presidente Zapatero, que ahora está de despedida, se dedica a pasar la gorra de Mao en Pekín –”una limosnita para las Cajas de Ahorro”-, sin recordar que ese gobierno chino es el que acaba de encarcelar al artista y disidente Weiwei. Este país, España, que a la espera está de los cuatros partidos “a muerte” del Barça contra el Madrid, sigue siendo asombroso. Pero algo tenemos que hacer en contra de la resignación.

Lo afirmamos, hace un año, cuando “República.es” vio la luz en el ciberespacio de Internet: España necesita una profunda reforma política para pasar de la Transición a la Democracia. Sobre todo cuando la crisis económica y social que sufre nuestro país ha dejado en evidencia las carencias de nuestro sistema político y en pañales una clase dirigente muy mal valorada por los ciudadanos y temerosa de sufrir una rebelión social e incontrolada. Como las que crecen como remolinos populares en las redes digitales de Internet y que luego se transforman en tornados imparables. Véase lo ocurrido en el mundo árabe, con el impulso de la sociedad global y comunicada a la que ningún poder autocrático puede poner puertas o mordazas –ahí está Wikileaks-, ni controles con los que se pretendan fabricar mentiras u ocultar las verdades y recortar las libertades.

Lo dijimos en nuestro estreno y lo repetimos ahora que hemos cumplido un año en la Red y presentamos nuestra nueva marca internacional de “República.com” (que se suma a “Republica.es”), tras pasar con éxito el “Cabo de Hornos” donde iniciamos nuestra travesía de periodismo independiente en pos de una tercera vía en la información y la opinión, ajena a las grandes intrigas y dependencias de los partidos y grupos de presión económicos y mediáticos, como los que hace poco se exhibieron en la Moncloa bailando el agua al presidente Zapatero con igual desparpajo con el que los fieros mercados dictan órdenes a los gobiernos democráticos, surfeando en la cresta de las olas de la crisis financiera que ellos mismos causaron.

Adolfo Suárez está en la Historia de España como el gran artífice de la transición de la dictadura al régimen de las libertades y de la partidocracia imperante. Le acompañará a Suárez en ese “cuadro de honor” el dirigente político que se atreva a completar este viaje, ya demasiado largo, hacia el ideal de la Itaca democrática que se ha convertido en un anhelo y una perentoria necesidad ahora que la crisis dejó al descubierto nuestro modelo político.

Un modelo de “segunda clase”, propiciado a la muerte del dictador Franco por las potencias extranjeras -Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y Francia- que consideraban a los españoles poco preparados para un sistema democrático pleno como el presidencialista –con la Monarquía o con la República-, con elecciones mayoritarias y directas de los legisladores y gobernantes, y con la obligada separación de los poderes del Estado, la regla de oro de Montesquieu que en España quedó reducida a la simple separación de funciones. Se temían estos “padrinos extranjeros” de la transición que un sistema mayoritario y presidencialista con sufragio universal podía favorecer el renacer de caudillos, líderes populistas y caciques propios de las naciones del sur de Europa, donde la tradición y la cultura democrática brillaban por su ausencia.

Pero hora es que llegue esa reforma democrática que en su día debían haber impulsado desde sus cómodas mayorías Felipe González y José María Aznar, en vez de mecerse cómodamente en las enormes ventajas de acumulación de poderes que nuestro sistema permite al jefe del partido que gana las elecciones y que les entrega, en sus manos y sin control, los poderes ejecutivo, legislativo, judicial, los medios de comunicación, el sistema financiero y también las grandes empresas reguladas por el Gobierno. Y con semejante poder y semejante ley electoral -que impide que los españoles no elijamos directamente a ninguno de nuestros gobernantes y legisladores, y que prima a los partidos nacionalistas que propugnan la independencia de sus respectivas regiones- era muy difícil que en España pudiera producirse la natural alternancia en el poder salvo catástrofes inesperadas (el golpe de Estado contra Suárez), o muy sonados abusos o errores (el GAL con González, las mentiras del 11-M con Aznar), como se ha demostrado a lo largo de los últimos años. Sin que nadie, y menos aún desde los grandes partidos nacionales que son los grandes beneficiarios del sistema (porque hasta en la oposición se está cómodamente colocado) se haya atrevido a plantear la esperada reforma democrática que debería de empezar por cuestiones tan fundamentales y sencillas como las que se inscriben en el siguiente decálogo:

1.- El presidente del Gobierno debe de ser elegido por el sufragio universal de todos los españoles, y no por el Parlamento que controlan los aparatos de los partidos

2.- Hay que cambiar la ley electoral a favor de las listas abiertas y con un sistema mayoritario.

3.- Ni el Gobierno ni el Parlamento pueden participar en la selección de los altos tribunales y los órganos de control del Poder Judicial, que deberá ser elegido por los cuerpos jurídicos del Estado.

4.- El Senado debe tener competencias legislativas claras, o desaparecer.

5.- Los Alcaldes deben ser elegidos por sufragio directo de sus ciudadanos.

6.- Deben desaparecer las Diputaciones Provinciales.

7.- Los ministros, secretarios de Estado, responsables de los órganos reguladores del Estado, embajadores de primer nivel, etc. deben pasar un examen previo en el Parlamento para su nombramiento, una vez que se conozca su idoneidad para el cargo.

8.- El presidente del Gobierno no puede ser elegido más de dos mandatos.

9.- Se ha de crear una Alta Escuela de la Administración del Estado.

10.-El Estado debe recuperar competencias de las Autonomías que faciliten la cohesión nacional.

No cabe imaginar que a estas alturas del proceso español, visto lo que ahora ocurre con las listas electorales de los imputados, que nadie se atreva a hablar de “regenerar la vida pública”. Lo que hay que hacer de una vez por todas es reformar las reglas del juego de la política en beneficio de la Democracia para que los malos e incapaces gobernantes no tengan cabida en la Administración, ni los corruptos en las listas electorales . Y si hay voluntad política y liderazgo para ello la reforma democrática llegará mejor pronto que tarde y antes de que sea un clamor de la ciudadanía. Aunque mucho nos tememos que previamente esta reforma -que recoge lo esencial de todas las democracias europeas de nuestro entorno- deberá de abrirse camino ante la opinión pública y nosotros, en lo que podamos, lo vamos a facilitar".

lunes, 11 de abril de 2011

No solo quejas, también propuestas

Un poco cansado de solo quejarme, dejo este artículo de Galo Mateos, extraído de El Confidencial, que me parece muy interesante "Tocando el futuro: Decálogo de la nueva economía" (no estoy de acuerdo con el copago sanitario ni educativo):

"“Ya no había insatisfacción, ni odio, ni miedo, ni cólera ni angustia: únicamente alegría y paz. Ya no había comedia, ni ilusiones ni mentiras: tan solo la verdad que nos contiene” (A. Comte-Sponville)
Si tuviésemos que hacer justicia sobre estos agitados tiempos recientes, coincidiríamos en que víctimas y verdugos nos pusimos de acuerdo en el saqueo de cuantos valores espirituales y materiales custodiábamos. Capitaneados por una oligarquía política y financiera corrupta e insaciable, nos apostamos frente a un cajero inagotable, por el que manaba una prosperidad, convertida luego en Desolación, Deuda y Desconfianza. Nuestra nueva vida en 3-D.
Tras una etapa de reconocimiento de los daños y de aterrizaje forzoso sobre la realidad, hemos ido desmontado las mentiras e identificando a los culpables ideológicos de la trama suicida en que intervenimos, unos por acción y, otros, por omisión. Y no nos caben dudas, necesitamos profundas reformas en todos los ámbitos. Ya nos hemos ocupado de lo político y ahora toca hacerlo de lo económico.
Nuestro próximo post entrará de lleno en esas sensaciones 3-D, sobre aspectos de psicología individual y colectiva que nos ayuden a traducir la desolación, desconfianza y rebeldía ante la Deuda, en estrategias y sentimientos constructivos. Tarea que constituiría la tercera pata de nuestro armazón para el cambio, sentando las bases de un rearme moral imprescindible tanto a nuestro PIB, como al reparto de la carga tributaria y a la calidad de nuestra convivencia. Perseguimos una actitud, necesariamente más sincera, transparente y solidaria, que sustituya este conjunto de angustiosas urgencias electorales, victimismo y corrupción consentida, que caracteriza nuestra vida política, por un comportamiento maduro, leal y con visión a largo plazo.
El modelo presente, basado en partidos profesionalizados que ejercen el monopolio del poder político, reduciendo todos los poderes del Estado a la voluntad de una élite partidista, tiene los días contados
Pero bien conscientes de que la economía suele ser algo más que un estado de ánimo, y advertidos sobre la poco probable inmediatez de esa moralización social, hemos resumido hoy aquí, nuestro decálogo de actuaciones ideales para acceder a una situación económica mejor. Para ello, contamos hoy domingo con la valiosa aportación de Alberto Artero, como segundo ponente tras la acertada intervención de Juan Carlos Barba y Ramón Morata, ayer sábado. Pasaremos a mañana lunes, un resumen del consenso del foro ayer y hoy, de manera de facilitar la lectura. A todos ellos y a ustedes, queridos lectores, va dedicado mi agradecimiento.
1- Reforma de la ley electoral, para que sea realmente representativa. Replicar el modelo de circunscripciones anglosajón. Necesidad de vinculación entre lugar donde se vive, candidatura que se presenta (periodo mínimo de residencia). Listas abiertas. Eliminación privilegios asociados a la condición de político. Mejora salarial para desincentivar corrupción.
2- Reforma del modelo de estado, tanto en términos de tamaño como de competencias delegadas. Centralización para favorecer el mercado interior. Mecanismos de supervisión de competencia. Simplificación normativa. Modelo de financiación local y regional basado en ingresos ordinarios y “recurrentes”.
3- Prohibición a nivel constitucional del déficit público, en 4 años. Establecimiento mecanismos aceleración pagos de las Administraciones Públicas. Introducción copago sanitario y educativo así como medidas de eficiencia en gasto (recetas de dosis individuales frente a cajas de medicamentos). Primacía de la lucha contra el fraude como elemento impositivo recaudatorio. Reforma de las pensiones mediante adecuación entre contribución y prestación.
4- Reforma educativa, devolviendo la autoridad al profesor y al centro y primando los logros académicos en los primeros ciclos y haciendo especial hincapié en la mejora de la calidad en la enseñanza superior, nuestra principal carencia.
5- Reforma radical de la Justicia, con el fin de conseguir igualar los mejores plazos de resolución de los países de nuestro entorno. Despolitización.
6- Plan energético nacional, estable y vinculante para los partidos firmantes.
7- Eliminación de los convenios colectivos, sustituyéndolos por la negociación a nivel de empresa. Aumento de la movilidad geográfica y funcional. Eliminación de restricciones idiomáticas.
8 Reforma inmobiliaria y financiera. Liberalización del suelo y vinculación de la financiación hipotecaria a tipos a largo y no a Euribor más un diferencial. Limitación a la financiación mayorista. Prohibición SPVs. Límites de concentración riesgo sectorial crediticio.
9- Reforma de turismo. Especialización, valor añadido, reconversión (residencias) para poder competir con destinos más baratos que siempre los habrá. Aplicable a otros sectores de poco valor añadido que suponen una parte sustancial del PIB.
10- Fomento de la imagen España
Estas son nuestras propuestas a debatir y tomaremos buena nota adicional de las suyas, para con toda libertad modificar, ampliar o suprimir en esta primera versión. Vayamos asumiendo que nuestro sistema político, fundado sobre la delegación y la representación, puede resultar radicalmente alterado, creándose un nuevo escenario en el que el ciudadano se convierta en el eje de la vida pública, participando en las decisiones y en la solución de los problemas, por medios electrónicos.
El modelo presente, basado en partidos profesionalizados que ejercen el monopolio del poder político, reduciendo todos los poderes del Estado a la voluntad de una élite partidista, tiene los días contados. Su permanente falseamiento de la realidad estadística y social, haciéndonos creer que cuanto deciden es fruto de la voluntad social y no de sus interesadas manipulaciones o de su lucha por la pervivencia de las protectoras redes clientelares que alimentan, no puede seguir suplantando el poder de sociedad civil.
Este nuevo paradigma político ha de dejar paso a una nueva forma de plantear nuestro modelo económico, atendiendo por igual a las reparaciones que requiere la estructura en curso, como a la comprensión y financiación, que merece la búsqueda del modelo alternativo, capaz de orientar nuestro talento colectivo hacia nuevas e inteligentes sinergias".