miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los hombres que hablaban demasiado

El lunes por la noche fui a ver el estreno de la película Los hombres que hablaban demasiado. Sabía que trataba sobre fútbol y que se centraba en dos personajes del mismo equipo, el Team Galactic, de la liga chiquitistaní, pero no pensaba que me iba a gustar tanto por la crítica pura y dura hacia estos dos personajes.

Comienza la película con las presentaciones multitudinarias de dos grandes fichajes, Joseph Molinho, el Catedrático, entrenador que lo ha ganado todo en los equipos que ha dirigido, y Crastino Bonaldo, el Guapo, que mete los goles a pares y derrite los corazones de muchas mujeres. En dichas presentaciones se llena el estadio y la masa ruge mientras contempla imágenes de los dos galácticos en anteriores etapas. Toma la palabra el celestial Presidente del Team para ensalzarlos y terminar diciendo que: “Han nacido para jugar en nuestro equipo”.

Continúa el film con el avance arrollador del Team Galactic sobre el resto de equipos nacionales y extranjeros (aunque parecen de medio pelo) mientras los medios de comunicación de la ciudad ensalzan los triunfos por goleada, destacando las figuras de el Catedrático y el Guapo, los cuales se prestan al juego fácil de estar siempre en el candelero (aparecen en ruedas de prensa semanales en las que suelen hablar de sus virtudes y critican veladamente al resto de clubs). Parece que por fin ha llegado el antídoto contra el Fumboll Chus Bachelona, equipo rival que ha dominado el fútbol de Chiquitistán y del mundo en los últimos años; se dice que nunca en la historia otro club ha jugado tan bien.

La película se encamina a su final cuando el Team se tiene que enfrentar al Fumboll Chus Bachelona. El Catedrático y el Guapo encabezan las ruedas de prensa previas en las que confiesan que se sienten superiores y que: “A nosotros nadie nos mete 8 goles”. Mientras, su rival se dedica a entrenar y cuando sus miembros comparecen en las ruedas de prensa respetan con sus palabras a los jugadores del Galactic.

La película termina, a grandes rasgos, con un gran juego del Bachelona y con una goleada histórica (no desvelamos el resultado), justo premio a la humildad y respeto de su entrenador y al buen juego y compañerismo de todos sus jugadores.


Ramón HUMIL DAD

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